La terrible historia de las estudiantes de enfermería asesinadas por ser novias de pandilleros rivales
Noticia del Momento
Las dos estudiantes de enfermería debían ser asesinadas. Esa fue la decisión que tomaron los pandilleros que las mataron. Para las pandillas sus reglas son sagradas y quien las viola se muere. Ese fue el argumento que utilizaron.
Iris y Verónica eran estudiantes de bachillerato en Salud en el Instituto Nacional San Luis, ubicado en el municipio de Soyapango, San Salvador. Eran amigas íntimas, tanto que cuando Verónica tuvo problemas en su casa, Iris no dudó en darle alojamiento en su vivienda.
Iris vivía en la colonia Regalo de Dios, en Soyapango. Era novia de un pandillero de la 18 conocido como El Junior. Verónica, por su parte, convivía con un pandillero de la Mara Salvatrucha. Pero ese era un secreto de amigas.
En cierta ocasión, ambas tuvieron una fuerte discusión. Iris se fue a la casa de su novio y le confesó que su amiga era pareja de un pandillero de la MS. Esa información no cayó en gracia a El Junior y comenzó a fraguar un plan: asesinar a las dos jóvenes.
El Junior, que era palabrero de la zona, reunió una tarde a todos homeboys en una finca de la colonia Panamá. Les contó que la amiga de su novia tenía nexos con un pandillero rival. Les expuso su plan y les preguntó si lo apoyaban. Los veinte pandilleros avalaron el crimen de las dos estudiantes.
En esa reunión, El Junior contactó vía teléfono a un pandillero recluido en un penal, conocido como El Malacara, quien había dirigido esa clica hasta que fue apresado. También apoyó la decisión y no hubo marcha atrás.
El Junior designó a los ejecutores y a quienes se encargarían de enterrar a las víctimas. El palabrero llamó por teléfono a Iris y la citó en la finca de la colonia Panamá. Debía estar ahí una hora antes de ingresar al instituto. Sabía que las dos irían juntas porque eran inseparables.
El 29 de octubre de 2012, a las seis de la mañana, cuando Iris y Verónica se dirigían al instituto, dos pandilleros salieron a su paso. Les dijeron que en la finca las estaba esperando El Junior.
Verónica se resistió, no quería ir, pero su amiga la tomó de las manos y la forcejeó hasta convencerla que tenían que ir donde su novio. Al llegar a la finca, El Junior se acercó con una pistola en la cintura y le dijo a Verónica que se iba a morir.
Iris comenzó a llorar y le suplicó que no le hiciera nada. En ese instante, el cabecilla de la pandilla le entregó el arma a un otro miembro de esa estructura conocido como Black, quien aproximó la pistola a la cabeza de Iris y le disparó sin clemencia. Después asesinaron a Verónica de la misma forma.
Tres pandilleros cavaron rápidamente un hoyo de un metro de profundidad y las enterraron, pero antes les quitaron los uniformes escolares y las quemaron.
Meses después, los pandilleros trasladaron los cadáveres a un lugar conocido como puente Las Mulas, zona que divide los municipios de Soyapango y Ciudad Delgado. Esto porque la Policía tenía información del lugar donde se encontraban los cuerpos de las dos jóvenes.
Las autoridades policiales capturaron un año después a diez pandilleros de la 18 vinculados al doble asesinato. Las detenciones fueron en la colonia Panamá y la comunidad Regalo de Dios, lugar donde residían Iris Noemy Martínez Ruiz, de 19 años, y su amiga, Verónica Lisset Platero Casco, de 22.
En el operativo se capturó a Cristian Walter Orellana, alias Crazy, José Marvin Orantes, El Black, y Oswaldo Antonio Orellana Villanueva, conocido como Pino. Señalados como los principales responsables. El Junior había sido asesinado días después de la muerte de las dos estudiantes.
La Fiscalía General de la República FGR los acusó por los delitos de proposición y conspiración de feminicidio agravado y agrupaciones ilícitas. La base del requerimiento fue el relato de un testigo criteriado que participó en el doble asesinato.
El pasado 20 de enero, el Juzgado Especializado de Sentencia B absolvió a todos los imputados debido a que el testigo criteriado se negó a brindar su declaración. El juez, con base al Código Penal, ordenó de inmediato la captura del testigo criteriado por falso testimonio.
Mientras, el testigo criteriado, con clave Norma, es procesado por esos delitos en un tribunal de Instrucción de San Salvador; los fiscales del caso aseguraron este martes que apelarán la decisión del juez porque había otras pruebas indiciarias que podría haber sido clave para una resolución diferente a la que emitió el juez.
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